México: las editoriales al borde del colapso

El desastre al que llevó una política aplicada seis años, y que ahora comienza en Argentina

México, un país con una industria editorial poderosa, el que más planes de difusión de la lectura y más bibliotecas escolares tiene entre todos los países de lengua española, se encuentra en una situación de desgaste y al borde del colapso, debido a la eliminación de apoyos y regulaciones gubernamentales que ha llevado a editores, libreros y promotores de lectura a ejercer en un estado de precarización nunca visto en los últimos cien años.

Así lo explica Tomás Granados Salinas en la revista Letras Libres de México. Si bien esta revista, de manifiesta posición liberal, podría ser sospechada por su oposición al actual gobierno, no es el caso del autor de este artículo, que tiene una larga trayectoria en la edición. Esta situación, que es mucho más que un malestar, es compartida por todo el sector editorial y librero, y tiene a los lectores como principales perjudicados.

Se acusa al gobierno de haberse desentendido de su funciones esenciales en el sector, como la vigencia del precio único, el fomento a la traducción, la presencia internacional del libro mexicano, y el apoyo a la organización de ferias, que tenían un efecto benéfico para lectores y editores.

México es un país muy extenso, con un nivel de ingresos muy desparejo, que tiene 127 millones de habitantes más otros 30 que viven en Estados Unidos. El libro de texto gratuito en la enseñanza, proyecto vigente desde la revolución mexicana de 1917, permitió eliminar el analfabetismo y otorgar oportunidades a los que menos tenían.

La edición mexicana se encuentra exhausta ante esta política, sin que los ciudadanos logren entender por qué y para qué sostienen al estado con sus impuestos.

Curiosamente, un gobierno que se declaró progresista aplicó medidas similares a las que comienza a aplicar el nuevo gobierno de ultraderecha de Argentina, que comenzó retirando todos los apoyos a la red de bibliotecas populares, a la traducción de sus autores a otros idiomas, a la ley de precio fijo, liberando el precio del papel y los controles de una industria monopólica.

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