Antonia Kerrigan

Nos ha dejado Antonia Kerrigan, una agente literaria de Barcelona de gran peso en la literatura y la edición española, nacida en París de unos padres bohemios, y crecida entre Mallorca y Dublín.

Cuando llegué hace 20 años a Barcelona, trasladando la agencia que había fundado en Buenos Aires, Antonia fue una de las dos personas del sector del libro que me invitó a comer para darme la bienvenida. Fue a un restaurante italo-argentino de la calle Sagués, cerca de su agencia, llamado Los Inmortales. Comimos una pasta excelente, en ese lugar la trataban como si fuera de la casa.

El otro que también me invitó a comer para darme la bienvenida fue Antonio (Toni) López Lamadrid, director de la editorial Tusquets, y lo hizo a su casa, debajo de su magnífico restaurante La Balsa, desde donde nos bajaron la comida por una escalera interior. Toni me dijo “nunca bebas cava (el espumante catalán al que luego me aficioné), solo champagne”, y abrió una botella de Moët & Chandon.

Los dos estuvieron siempre cerca, colaborando con ideas y apoyando con consejos cada vez que los necesité.

Ninguno de esos restaurantes ya es lo que era, y ninguno de los dos, Antonia ni Antonio, están más con nosotros. Sin embargo, los dos siguen presentes, porque han dejado un estilo de hacer las cosas, una escuela: máxima corrección en la relación con los colegas o competidores, y absoluta e incondicional dedicación a sus autores. Los dos tenían hiper desarrollado ese sentido, hoy desplazado por los algoritmos, que se llamaba “el olfato del editor”. Con ese saber hacer, los dos descubrieron para los lectores a grandes escritoras y escritores, los presentaron, los acompañaron, los ayudaron a crecer.

Los dos tenían a su lado compañeros inseparables, que caminaban juntos los pasillos de todas las ferias, las cenas con autores, los fastuosos cocteles que ya no se hacen más, y las copas de trasnoche. A la mañana siguiente, estaban a primera hora atendiendo sus stands.

Antonia y Antonio, como el de Padua, un franciscano con una enorme capacidad de prédica.

Anuncio publicitario

5 comentarios en “Antonia Kerrigan

  1. Guillermo, me encantó tu semblanza de estos queribles personajes. Es muy lindo asomarse a ese mundo que (lamentablemente) ya no es, lo que también pude hacer a través de tus memorias. Como escritora, no puedo dejar de pensar con una pizca de envidia en esos tiempos que no viví. Hoy es todo tan distinto… Un abrazo desde Buenos Aires. Paola Vicenzi.

    Me gusta

  2. Que lindo Guillermo el recuerdo de dos grandes y que bohemio se escucha el relato de bienvenida. Creo que ya no sucede esto, pero imagino que seguir sus pasos es manera de honrarlos! Abrazo

    Me gusta

  3. Es de agradecer que haya habido en el sector algunas personas así, y que al irse ellos, alguien como ellos que lo comente. Qué especiales fueron Antonia y Antonio!!

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s